Cereales de invierno

 

Cereales de invierno

Los cereales de invierno son plantas monocotiledóneas, pertenecientes a la familia de las gramíneas, cultivados por su grano que es rico en almidón y proteínas y puede ser almacenado durante largo tiempo sin perder sus cualidades.

Los cereales de invierno cultivados más importantes son el trigo, la cebada y la avena. Como su nombre indica, se suelen sembrar a finales de otoño, principio de invierno y se desarrollan principalmente en primavera, obteniéndose su producción a final de la primavera o durante el verano.

Exigencias agroclimáticas del cultivo

Trigo

El trigo es una planta que se puede cultivar prácticamente en todo el mundo, pero donde mejor se adapta es en las zonas templadas del hemisferio norte, con temperaturas no demasiado frías en invierno, ni demasiado elevadas en primavera. La germinación se produce a una temperatura mínima de 2 – 3 ºC y La temperatura ideal para el crecimiento y desarrollo del cultivo es entre 10 y 24 ºC.

La planta de trigo es resistente a la sequía, adaptada a las condiciones mediterráneas de los secanos, necesitando una pluviometría media de unos 500 mm, concentradas en su mayor parte en la primavera.

El cultivo del trigo no es muy exigente en cuanto a suelos, pudiéndose cultivar en todo tipo de suelo a excepción de los encharcados o salinos. Prefiere como casi todos los cultivos, suelos de textura media, profundos, bien drenados y ricos en materia orgánica.

Cebada

La cebada es una planta con pocas exigencias climáticas, que se puede cultivar en casi todo el mundo. La germinación se produce a una temperatura mínima de suelo de 5 – 6 ºC y La temperatura ideal para el crecimiento y desarrollo de este cultivo es entre 15 y 20 ºC. Tolera muy bien las bajas temperaturas, soportando temperaturas de hasta 10 ºC bajo cero.

La planta de la cebada está bien adaptada a la humedad de los secanos mediterráneos. Aunque necesita una pluviometría media menor que el trigo, debido a que su ciclo es más corto, presenta una mayor transpiración y por tanto una mayor necesidad de agua en momentos puntuales.

El cultivo de la cebada no es muy exigente en cuanto a suelos, pudiéndose cultivar en todo tipo de suelo a excepción de suelos compactados o demasiado arcillosos. Prefiere como casi todos los cultivos, suelos de textura media, profundos, bien drenados y ricos en materia orgánica.

Avena

La avena es una planta de estación fría, aunque posee una menor resistencia al frío que la cebada y el trigo; y es muy sensible a las altas temperaturas, sobre todo durante la floración y la formación del grano.

La planta de la avena tiene una transpiración más elevada que los otros cereales de invierno, por lo que necesita de primaveras abundantes en agua, aunque el exceso de humedad le perjudica.

El cultivo de la avena no es muy exigente en cuanto a suelos, pudiéndose cultivar en todo tipo de terrenos. Prefiere suelos de textura media (arcillo-arenosos), profundos, bien drenados, pH ácidos (5-7) y ricos en materia orgánica.

Requerimientos nutricionales

El cultivo de los cereales de invierno necesita de nutrientes esenciales para un correcto desarrollo y la falta o el exceso de alguno de ellos produciría problemas en el cultivo. Estos nutrientes los podemos clasificar, según su concentración en el tejido vegetal, en: macronutrientes primarios (Nitrógeno, Fósforo y Potasio), macronutrientes secundarios (Calcio, Magnesio y Azufre) y micronutrientes (Boro, Cloro, Cobre, Hierro, Molibdeno, Manganeso y Zinc).

Normalmente en los suelos, nos encontramos concentraciones de nutrientes inferiores a las necesidades del cultivo, por lo que tenemos que aportarlos por medio de la fertilización. Para conocer la cantidad de nutrientes que debemos aportar, debemos conocer el nivel de fertilidad de nuestro suelo, determinado mediante un análisis de suelo; y debemos realizar un balance entre las pérdidas de los nutrientes del suelo (extracciones del cultivo, lixiviación, volatilización y precipitación de los nutrientes, etc.) y las aportaciones que realizamos al mismo (agua de riego, materia orgánica y fertilizantes principalmente).

Las extracciones de nutrientes, que va a realizar nuestro cultivo del suelo, van a depender de la producción potencial de este. En la siguiente tabla, se presenta las extracciones del cultivo de los cereales de invierno en condiciones normales:

Tabla 1. Extracción de nutrientes de los cereales de invierno expresado en kg por tonelada de producción. Guía práctica de la fertilización racional de las plantas. MARM (2011)

Cereales de invierno Kg/1000 kg de grano producido (1)
N P2O5 K2O CaO MgO S
Trigo 28-40 9-15 20-35 5-7 3,5-5 5,2
Cebada 24-28 10-12 19-35 10 5,2 4,1
Avena 24-30 10-14 23-35 6,1

Recomendaciones de abonado

Una vez conocida la cantidad de nutrientes que debemos suministrar a nuestro cultivo, debemos determinar la cantidad de fertilizantes que debemos aportar.  En la tabla 2, se presenta a modo orientativo, las unidades de fertilizantes medias que tenemos que aportar a los cereales de invierno en base a distintos niveles de la producción esperada, teniendo en cuenta las extracciones y consideraciones que debemos tener sobre este cultivo.

Tabla. Recomendaciones de abonado para los cultivos de cereales de invierno. ANFFE (2010)

Producción (kg/ha) Abonado de fondo (kg/ha) Cobertera (kg N/ha)
N P2O5 K2O
Hasta 2.000 15-20 30-50 20-30 30-40
2.000 – 3.000 20-25 45-70 25-45 40-65
3.000 – 4.000 25-35 60-90 40-65 65-85
Más de 4.000 35-40 80-130 60-90 85-110

Una vez conocida la cantidad de cada una de las unidades fertilizantes que es necesario aportar para nutrir adecuadamente los cereales de invierno, debemos definir el fertilizante que debemos utilizar. Hispalense de Líquidos, cumpliendo con su objetivo de dar soluciones nutricionales altamente efectivas para los cereales de invierno, fabrica fertilizantes a la medida del agricultor, tanto en versiones líquidas como sólidas para adecuarse a las necesidades individuales de cada variedad, ambiente y sistema de aplicación. Entre ellos nos encontramos:

ABONADO FONDO ABONADO COBERTERA
FOSFOSOL NEO 46 
FERTIGOTA REACTIVA NEO ESPECIAL CEREALES   
FERTIGOTA LENT NEOGOTA
HEROSOL SULFATÓN
SOLUCIONES NITROGENADAS

Cuando por causas climatológicas u otras no podemos realizar el abonado de fondo en pre siembra, con nuestras soluciones Fertigota Reactiva, podemos realizarla en Post emergencia complementando fondo y primera cobertera.

Para la programación de un plan de fertilización ajustado a sus necesidades, consulte con nuestro responsable de Hispalense de Líquidos en la zona, o póngase en contacto con nosotros a través del email: departamentoagronomico@herogra.com

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